Siempre digo que escribo por impulsos. Esos que me hacen saltar o me obligan a escribir, algo que en un principio comenzó como un pensamiento. Esos pensamientos que si uno no los saca, se enquistan hasta que o lo extirpas o te hacen pupa.
Sé que decir todo lo que se piensa, en una sociedad del queda-bien, no es buena propaganda. Pero ¿Que es más importante la fama y los aplausos o el estar a gusto con uno mismo?
Evidentemente, para mí esto último. Una de las frases más habituales que suelo escuchar es
- Prefiero poco y bueno que mucho y malo o mediocre.
Frase que por decirla no significa que uno se aplique el cuento. Las palabras se las lleva el viento y lo que permanecen los son hechos.
Alguno de vosotros podrá decir: ¿ A que viene este discurso? , bueno os lo explico, para que en el futuro no haya malos entendidos:
Yo si me aplico esta frase. Soy vieja en estos avatares de los blogs y por este motivo se que esto de comentar, de seguir, de ... es, salvo honrosas excepciones, como un juego de dominó. Tu me das, yo te doy. Tu me sigues: yo te sigo.
Desde un primer momento, cuando comencé este blog me hice la firme promesa de ser yo misma, tal cual.
Admiro a todos aquellos que teniendo unos cuantos cientos de seguidores, visitan todos los blogs, admiro a aquellos que tienen tiempo o les gusta dar réplica a las personas que dejan comentarios en sus casas. Sí os admiro, pero yo no soy así, ni quiero ni puedo.
Por eso hoy, otra vez quiero ser yo: una oveja negra en un mundo casi de paripé ( y hablo en general, que nadie me mal interprete)
Un día llega una cara desconocida y te dice
- Tienes un blog precioso, me encanta como escribes. Te sigo, espero que tu a mi también ( por supuesto dejandote el link de su blog).
- Estoy recién llegad@, te invito a conocerme.
Sí, ya. Y una ingenuamente va, se hace seguidor, comenta ( a veces por educación) y luego si te he visto no me acuerdo.
No, yo no soy así. Cuento uno, dos, tres... hasta 10 ( cifra pequeña o grande según se mire) y después de analizar resultado, después de que una lista de lectura se haga inmensa, y tras sobre pesar si vale la pena o tener a esa persona a ese blog entre mi lista de favoritos, muchos los borro y/o descarto.
Me gustan las pequeñas cosas, las personas sencillas y las ciudades con encanto.
Sé que nunca tendré cientos o miles de seguidores. No es falsa modestia, no me importa. Os aseguro que me agobiaría teniendo que cumplir por obligación.
Espero que nadie se moleste con mis palabras, son sinceras, son el reflejo de mi pensar.
Nota: Os considero bastante inteligentes a todos los que os comento por eso estoy convencida que sabéis que lo hago de corazón. Mi vida no se reduce a estar delante de un ordenador un motón de horas, por eso a veces tardo en visitaros, o porque este cabrito de blogger me impide entrar en algunas de vuestras casas: motivos ¿ni idea? pero cuando puedo lo hago y con gusto.
Nota 2: Generalmente me suelo despedir con un abrazo, a veces pienso que puedo con ello parecer distante; , no, no lo es. Puede ser simplemente una manera de protegerme, de mantener intacta mi coraza y no crear vinculo de ""amistad"" que luego cuando abres los ojos es de nuevo otro paripé.
Cuando el peligro parece ligero
deja de ser ligero
Sir Francis Bacon
La visión de una manzana
Su cáscara es roja, en un lateral tiene un gran cerco negro, aparentemente la miramos y parece podrida; la descartamos, porque en el mercado no tendría salida, se ve fea y seguimos recolectando las mejores, las mas rojitas y sin manchas.
Esas se venderán bien, mientras aquella pobre ve como pasan las demás y ella sigue en el suelo, con su gran mancha negra.
Terminó el día, alguien se fija en esa manzana, tirada en el suelo, aparentemente podrida, la coge, la mira, con un cuchillo le quita el manchón y la pela.
La empieza a comer y se da cuenta, que esa manzana esta riquísima, que aparentemente fea y estropeada hacia presagiar lo peor, pero he ahí la cuestión:
¿Quien no ha pelado una manzana hermosa por fuera y seca por dentro?
Septiembre de 2009