Si me das a elegir entre tú y la riqueza,
con esa grandeza que lleva consigo,
ay, amor, me quedo contigo.
Si me das a elegir entre tú y la gloria,
para que hable la Historia de mí, por los siglos,
ay, amor, me quedo contigo.
La llamaban ilusa,
pobre inocente
no corría, ni andaba
tenía un sueño
una certeza,
ímpetu de vida,
Creía qué un día
aprendería a volar
escalaba montañas
en segundos,
y sus laderas se cubrían
con el manto de sus sonrisas
En sus ojos lucia alas
sueños en su cabello
un arco iris de esperanza
le corría por las venas
A veces, temblaba
por el suelo que le faltaba
por el viento que dormitaba
o por el sendero que se ocultaba
Entonces, cómo un pájaro
buscaba un nido
aquellos brazos le daban abrigo
ahí, entre su piel cobijada
encontró la certeza
Era una mujer normal
que podía caminar
correr, divagar
qué podía volar
sin temor
en libertad
Paso a paso
caminar,retozar
danzar,reír
Y después de cada vuelo
volver a casa , a su nido
volver a Él,
plena y en libertad
MaRía ©
8/09/2018
Sólo tu corazón caliente,
Y nada más.
Mi paraíso, un campo
Sin ruiseñor
Ni liras,
Con un río discreto
Y una fuentecilla.
Sin la espuela del viento
Sobre la fronda,
Ni la estrella que quiere
Ser hoja.
Una enorme luz
Que fuera
Luciérnaga
De otra,
En un campo de
Miradas rotas.
Un reposo claro
Y allí nuestros besos,
Lunares sonoros
Del eco,
Se abrirían muy lejos.
Y tu corazón caliente,
Nada más.
Federico García Lorca.
Y nada más.
Mi paraíso, un campo
Sin ruiseñor
Ni liras,
Con un río discreto
Y una fuentecilla.
Sin la espuela del viento
Sobre la fronda,
Ni la estrella que quiere
Ser hoja.
Una enorme luz
Que fuera
Luciérnaga
De otra,
En un campo de
Miradas rotas.
Un reposo claro
Y allí nuestros besos,
Lunares sonoros
Del eco,
Se abrirían muy lejos.
Y tu corazón caliente,
Nada más.
Federico García Lorca.
Fotografía – Ekaterina Belinskaya