-

-

Acercan sus orillas ...

sábado, 12 de enero de 2013

Oveja negra





A veces pienso que soy la oveja negra, de la familia. Claro que siendo tan sólo dos hermanas, a una le toca el papel de buena y a otra la de mala.  Esta última parecer que soy yo.

No es fácil asumir ese papel, sobre todo cuando te lo cuelgan a modo de cartelito permanente, vamos así como una placa identificativa, para que cuando una niña comete un error, de manera inocente una voz, severa te agregue un defecto más a la interminable lista que comenzó a escribir el día que vine al mundo.

Se que a nadie le importa,  pero necesito escribir lo que siento, lo que me sigue haciendo sentir, cada vez que me habla.

En el anterior post hablé de mi primer corazón, hoy os contaré algo que también me marcó.

Supongo que lo hizo por mi bien, claro que hay formas y formas de decir las cosas. Maneras de educar sin tener que pasar por aquella humillación.



El libro


Había dos turnos de autobús, el de las niñas mayores y el de las pequeñas. Yo por aquel entonces, con cuatro años, iba en el segundo.

Acerqué la mano a la ventanilla para sacar el vaho que me impedía ver el paisaje, unos veinte minutos separaban el colegio de mi casa. Allí estaba entre el asiento y la carrocería, lo cogí sin dudar, para mi era un tesoro. Un libro de una chica mayor.




Recuerdo que al llegar a casa, lo dejé, si malicia, en el cuarto contiguo a la cocina, encima de la mesa camilla. Al poco mi madre me llamó pidiendo explicaciones sobre aquel libro que no era mio.

- Lo encontré en el autobús, y lo cogí. 

Su cara  y sus palabras nunca las olvidaré:

- Por la tarde te acompaño a la parada del bus y le dices al conductor que lo has robado.

El pánico se apoderó de mi, no me sentía una ladrona, de hecho no lo era, pero  aquellas palabras me hicieron sentir la peor niña del mundo.




Con  el poco arte de una niña de cuatro años, intenté como malamente pude envolver  aquel libro con papel de periódico, con la intención de dejarlo donde lo encontré. Pero no fue así, ella me acompañó a la parada y me hizo confesar mi delito delante de todas mis compañeras.

Nunca entendí su manera de educarme, de hacérmelas pasar canutas, hasta que comprendí que para ella, su única hija, en aquel momento, era la oveja negra de la familia.



Nota:

A pesar de todo, de los años y de que muchas veces no comprendí ni comprendo su manera de actuar, quiero dejar claro que la relación con mi madre es buena.  Es cierto que nunca sentí el calor que una madre debe de dar a un hijo, es verdad que nunca escuché un te quiero. Confieso que esas palabras son necesarias, pero también os digo que por muchos años que pasen, por muchas ""putaditas"" que me siga gastanto, siempre será mi madre y siempre la querré

Desde este pequeño diario, cuento mi vida, lo necesito para liberarme de momentos que al recordarlos me hacen daño unas veces y otras me traen la alegría de tiempos pasados.

Por eso y por mucho más nunca, nunca le pediré explicaciones de porqué actuó así conmigo.


Música recomendada:

16 comentarios:

  1. Sé que a nadie le importa mi vida, y os confieso que es duro remover el pasado, pero necesito hacerlo por mi propio bien.


    Gracias por acompañarme

    Ahora como buena ama de casa, me toca cojer el plumero, la escoba

    Un abrazo

    ResponderEliminar
  2. Me parece muy cruel lo que hizo tu madre y más teniendo en cuenta que tenías cuatro años.
    Es mi opinión sincera.

    Besos.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Lo fué, Toro

      Por eso hay espinas que llevo incrustadas en mi alma y que necesito sacar.

      Te confieso que me costó escribirlo, y que ahora mismo, menos mal que estoy sola, no dejo de llorar.

      Sacar todo lo que llevo dentro, aunque me cause dolor, lo considero una terapia necesaria

      Tú que llevas desde el comienzo de este blog, sabes que he dicho que me cuesta hablar de mi vida, pero necesito y quiero ser yo, en lo bueno y en lo malo, duela o no.

      Gracias por venir

      Un abrazo


      Eliminar
  3. Yo soy hija única, sin embargo, siempre me he sentido "oveja negra" de mi familia y alrededores, por poner el símil que has escogido. Desde cría he pensado muy diferente al resto, quizá porque no me he dejado llevar por la opinión general y eso te hace diferente y te cataloga como la rara, "el bicho raro". Tu madre fue muy dura, sólo eras una criatura y está claro que tu actuación no tuvo maldad ninguna pero, a veces, los adultos creen que su verdad es la verdad, sobre todo si se compara con la verdad de un niño.
    Eres muy valiente contando estas cosas, yo no podría "desnudarme" así.
    Un abrazo, guapa.

    ResponderEliminar
  4. Supongo que tu madre habrá tenido sus razones para actuar como actuó, nadie hace las cosas gratis; eso no significa que esté bien hecho, por supuesto, ni de lejos. Creo que en esos momentos es el mayor el que se tiene que hacer caso de la situación y no escudar su ética en una niña de cuatro años.

    Pero si hay algo que verdaderamente nunca entenderé es el cariño a las personas simplemente por su título. En este caso, por el título de "madre". Si ella tiene su título, tú tienes el tuyo, que es "hija". Así que supongo que si le quieres es porque también le verás el lado amable, literal.

    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  5. Y gracias a eso te ha sconvertido en lo que eres, y antes de coger nada que no te pertenece intentaras por todos los medios devolverselo al dueño

    ResponderEliminar
  6. Te aseguro que te entiendo perfectamente, hay momentos en los que aun a día de hoy, con el pasado ya tocando a la puerta, miramos atrás y vemos muchos de esos momentos que por muchas vueltas y más vueltas que les demos no comprendimos cuando pasaron y aun hoy no los comprendemos por la crueldad, o dureza, o (permíteme la expresión) estupidez de su actuación cuando eso pasaba, pero sí, que se cuenten las cosas porque deseamos sacarlas no significa ni de lejos que no se las quiera con todo el cariño y amor que a pesar de todo como hijas, les tenemos.

    Somos demasiado complicadas tal vez... Pero yo creo que la vida es mucho más fácil y hermosa si la pintamos para quienes queremos con el mejor color.

    Besitos!!

    ResponderEliminar
  7. Aquí, me has tocado la fibra.
    Seguramente soy incorrecto, y te pido disculpas por ello, pero me parece de una crueldad innecesaria y gratuita. Hay muchas formas de educar a un niño y esa no creo que sea la mejor precisamente.
    En mi niñez también fui victima de una "educación estricta". Con el paso de los años creo que en realidad fui un daño colateral de las frustraciones de mis padres.
    Lo que me parece perfecto es que hagas esto como terapia, aunque duela.

    Un beso con abrazo Coté

    ResponderEliminar
  8. Hubo espinitas en el corazón, mi niñez por mucho preferí dejarla dormida
    pero llega un momento en que o la sacas o te sigue sangrando
    fue cruel, así lo siento
    yo tampoco he pedido explicaciones y siento que las merezco
    ahora he dejado de lado un poco el dolor y me siento a charlar con mi madre
    pero el pasado esta allí, latente

    Un abrazo cálido para ti CoTé

    ResponderEliminar
  9. La lección correcta, las formas inadecuadas.

    Besos¡¡


    pd/ esta tarde en mi blog hice reparto de premios, si no te mencioné es porque ya lo tienes. Hay un osito para ti, si te apetece.




    ResponderEliminar
  10. Pienso que la forma no debía haber sido ponerte en evidencia de un acto que ni siquiera conocías, es decir, te lo encontraste no lo robaste. Quizás hubiera sido mejor indicarte que cuando encuentras algo olvidado en un bus del colegio lo mejor sería entregarlo al piloto para que preguntase de quien era.

    No me extraña el método, porque mi abuela paterna era muy aficionada a hacer lo mismo. Me acuerdo que una vez un tendero me dio vuelto de más y en lugar de devolverlo salí corriendo a decírselo a mi abuela feliz como que fuera una gran hazaña y me llevó a devolverlo. Te digo, me da pánico tomar algo que no es mío.

    Jajaja, me hiciste recordar un episodio de mi infancia.

    Besos, muy bien relatado.

    ResponderEliminar
  11. no voy a comentar esta entrada.
    sólo quiero mandarte un inmenso abrazo.

    ResponderEliminar
  12. Hay actuaciones que son difíciles de comprender; es tarea tuya encontrar una respuesta

    Besitos

    ResponderEliminar
  13. LAS MADRES SIEMPRE QUIEREN LO MEJOR PARA SUS HIJOS, A VECES SE EQUIVOCAN PERO NO LO HACEN CON MALDAD SIMPLEMENTE PIENSAN QUE OBRAN CORRECTAMENTE. MI MAMÁ TAMBIÉN TENÍA COSAS CONMIGO PORQUE YO ERA CAPRICHOSA, ERA OVEJA NEGRA, PERO PORQUE QUERÍA HACER MI VOLUNTAD CONTRARIA A LA DE ELLA Y A LA DE TODOS. SIEMPRE ME GUSTÓ HACER Y DECIR LO QUE PENSABA, SER AUTÉNTICA, SI TENÍA QUE CONTRARIAR A OTRO LO HACÍA... Y LO HAGO... ES QUE ME DEFIENDO.

    LOS PADRES NO SON PERFECTOS. HAY QUE RESPETARLOS AL MENOS. A UNA MADRE SIEMPRE SE LA AMA A PESAR DE MIL COSAS.

    MUCHOS BESOS

    ResponderEliminar
  14. Muy personal para comentar

    Te dejo un abrazo


    Besos preciosa

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Permíteme que diga algo de la anterior. "Ya somos dos que nunca releo lo que escribo...jamás. Solo cuando tu madre cumpla con su destino y " no la tengas" entenderás su amor porque tal vez a ella, nadie le enseñó a amar. Claro que hay cosas que nos duelen, pero tu tienes un corazón cristalino de transparencia y así lo expresas y así lo sientes. Me impresiona la claridad con que hablas de tí y me convence más el primer comentario que te hice .... pero sigo esperando leer en tus sentimientos... SUEÑOS.... ¿ sabes SOÑAR...? con todo mi respeto... te deseo que aprendas a amarte a ti misma ,,, porque vale la pena oírte... aún con temerosos silencios del alma... de tu alma.

      Eliminar

Gracias por dejar tu huella. Un besito dulce