Estoy bajo el agua y los latidos de mi corazón producen círculos en la superficie.
Milan Kundera
El día amaneció gris,
como lluvia que lava la naturaleza
del polvo que se ha acumulado en los días de sol,
como las lágrimas que limpian el alma
con el dolor que el tiempo se ha incrementado.
El día era triste,
pero trajo consigo una nueva esperanza,
un nuevo hechizo.
Siento que despierta al alba
el amanecer de una emoción
que hace que el mundo retome
la dirección correcta,
la dirección correcta,
sin prisas, sin dolor,
sólo con una sonrisa.
El alma que se vestía en el otoño,
para adornar sus colores cálidos,
ahora se alimenta de los rayos solares
trepanando las nubes.
Las penas vuelan
como las hojas que bailan en el viento.
El otoño se acercaba
y consignó el encanto de un sueño.
Miré por la ventana
las gotas que fluían lentamente a través del cristal,
se mezclaron con las que mis ojos derramaban.
Lanzamiento del alma en un tiempo
para huir y girar en las horas que pasaban.
Escribí las palabras que el corazón
dictaba sin pensar.
dictaba sin pensar.
Liberé mi alma para saber
que el día de la trampa de la ira
se esfumó.
El día volvió a estar
en el horizonte de mi mar,
en el horizonte de mi mar,
no es un sueño,
es la dulce melodía de mi amor.
es la dulce melodía de mi amor.
Vuelvo a sonreír.
©MaRía
©MaRía