En el recuerdo de un vuelo, un poema olvidado.

Yo no soy sino un insignificante madero abandonado por la resaca

un puñado de arena y hojas muertas

Walt Whitman

Con el reflujo del océano de la vida

Quién dice
que en tu cuerpo desnudo,
bailaban caricias en el viento
ancladas en tu pecho,
flotando seducciones
 en el silencio de un gesto.

Quién  dice
que la palabra mata,
que emborracha el alma,
endulzando la boca.
Que suelta besos sin alas,
entre un mar de llamas de los amantes.

Quien dice
que los ángeles cantan
en las estrellas imponentes.
Que  la espada rasga
el dolor de una lágrima,
entre el orgasmo vestido en flor,
 en el desierto de un poema
que yace en el papel olvidado
 por el polvo del tiempo.

Quién  dice
Que un pétalo ilumina una mirada,
y del alma nace la ocasión de ser infinita
consumiendo la memoria de la voz,
en el recuerdo de un vuelo
acariciando la cara de en un horizonte
 aún desconocido.
MaRía

α y Ω

Si no me encuentras en algún lugar,

búscame en otro.

Estoy de pie

en alguna parte

y te espero.

Walt Whitman

Tú
  alfa y  omega
 principio
y fin.

Te abrazo y te siento.
tierno, hundido en mi,
con los labios unidos
en un silencio
sólo nuestro,
dejamos que la tarde
 nos refugie.

La botella en el suelo,
copas derramadas,
ávidos de un beso lento
el tiempo retamos.

La saliva se escapa
de las bocas,
se esparce,
felina por nuestro cuerpo.

El sonido de nuestra voz muere,
estremecemos,
unidos permanecemos
al sonido de nuestra música.

Y tú sonríes...
mi cabello te  tapa los ojos,
te roza la la boca,
juguetea en tu nariz.
Te pido que me abraces
apagas el cigarrillo,
me extiendes la mano
me invitas para bailar .

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