En una cama en penumbras,
hay dos cuerpos tendidos.
Respiran y libremente fluyen
como el agua muy pura.
Uno al otro se vuelven, y vagan remotos
por sus propias llanuras.
Sin relojes ni prisas, habitantes de sueños
que no logran compartir,
y ambos sienten su lejanía, y al sentirla
se palpan con la mirada.
Luego acuden las manos buscadoras,
dos manos que en la cama forman algo distinto,
algo que no les pertenece, y abre
un espacio sin dueño, vivo organismo
latiendo desprendido en un enlace efímero.
Diez dedos como diez ojos quieren trazar un puente,
por el que nadie pasa ni pasar puede.
La luz del mundo duda todavía en comenzar,
y sólo es cierto, y quizá real,
el calor inseguro de sus cuerpos tendidos.
Antón Arrufat ; Al filo de la mañana
Lo mejor del día
son las noches
y de las noches
lo mejor
el amanecer
son las noches
y de las noches
lo mejor
el amanecer
Las mañanas
vientres de alquiler
donde los días
fecundan esperanzas
Contempla sereno
el atardecer un ocaso
que trae la noche
donde los días
fecundan esperanzas
Contempla sereno
el atardecer un ocaso
que trae la noche
Noche
caminante silente
mensajera de noticias
celestina de deseo
de una mañana cualquiera
Lo mejor del día
son las noches
mensajera de noticias
celestina de deseo
de una mañana cualquiera
Lo mejor del día
son las noches
cuando las horas
pasan silentes,
de puntillas
pasan silentes,
de puntillas
Las estaciones son bancos
de eternas esperas
Cae una lluvia de hojas
desnudos troncos centenarios
contemplan historias
de una realidad paralela
Cae una lluvia de hojas
desnudos troncos centenarios
contemplan historias
de una realidad paralela
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