La vida es la memoria que queda para partir
ruego sin descanso
que ice la bandera del deseo
del querer sin límite,
solo las palabras nunca pronunciadas
la embriagan, la envuelven
en una esencia de lo que nunca fue,
y, en la destreza de un presente
que no miente la errante sensación
que ya no siente,
las cicatrices de la herida
que acompaña ya sin dolor.
Pernocto en esta breve luz
que todavía veo
en la metamorfosis del tiempo
mis ojos y a mi lado tu poesía
en el indescifrable silencio
de este mar insomne
te prometo que cuando despiertes
veras en esta playa, la tenue niebla
teñida de gris ceniciento