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Acercan sus orillas ...

lunes, 4 de marzo de 2013

sonrisas y lágrimas ( o entre pillos anda el juego)




           Reconozco que soy un poco desastre en muchos aspectos, pero esto lo iréis deduciendo poco a poco.


             No se si es la edad ( si, sigo a vueltas con la edad, pero bueno es lo que hay); decía que no sé si es la edad o el azar pero de un tiempo a esta parte parece que cada vez que hago un encargo, compro  cualquier chirimbolo para la casa o tengo que acudir a un profesional, me encuentro de todo menos profesionalidad. Y es que a veces llego a pensar que los elijo con pinzas. Tenéis razón la edad no tiene nada que ver .



            El vendedor de electrodomésticos: todo un profesional a la hora de aconsejar, amablemente da opciones, escucha ( a veces), sonríe ( otras tantas)  y cierra la venta ( el cierre de la venta se produce cuando esta esta cobrada), y claro es ahí donde comienza mi particular calvario :  los aparatos no llegan el día concertado. los electrodomésticos están pero el técnico no viene, el técnico viene a instalarlos y resulta que al abrir el horno no es el que se ha comprado. Tras unas cuantas semanas, una docena de llamadas y un cabreo monumental consigo tenerlos en mi cocina.




             El fontanero; si el que ya le hacia las chapuzas en casa de mis padres, ese que de repente no tiene móvil porque siempre se le cae al agua y se le moja, ese que te pide dinero por anticipado para comprar las piezas, ese que te deja la obra a medias y tarda ¿una semana? ¿un mes? y aparece cuando necesita dinero dispuesto a volverte a hacer otra chapuza que termina acabando un colega un poco más formal.


         El técnico: ese señor que te cobra lo que no está en los escritos por una mera avería  que cuando le pides presupuesto a otro colega te cobra la cuarta parte o menos que el señor tan amable que vino un día y te vio cara de ¿boba?

           Y así un sin fin de buenos profesionales, que  te miran con una sonrisa, una sonrisa que lejos de ser de amabilidad es de 

¡Ahí viene otra pardilla!













La lista no termina  aquí ( pero esa es otra historia)


Sí señores en este querido país, reina la informalidad, la poca profesionalidad y falta un poquito de voluntad . Y luego se quejan de que la mayoría de los españolitos de a pie, compran en grandes superficies o en los chinos ( tema que por cierto se merece una entradita muy completa )

Y sí, soy un poco desastre porque aguanto más de la cuenta y al final ¿quién la paga ? los que comparten el día a día conmigo, esos que no tienen culpa de que los escoja con pinzas 

¿o es que todos son así?