El corazón de los humanos no es como el mío. El de los humanos es una línea, mientras que el mío es un círculo y poseo la infinita habilidad de estar en el lugar apropiado en el momento oportuno. La consecuencia es que siempre encuentro humanos en su mejor y en su peor momento. Veo su fealdad y su belleza y me pregunto cómo ambas pueden ser lo mismo. Sin embargo, tienen algo que les envidio: al menos los humanos tienen el buen juicio de morir.
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He odiado las palabras y las he amado, y espero haber estado a su altura.
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Los humanos me acechan.
La Ladrona de libros [The Book Thief]
Markus Zusak
La Ladrona de libros [The Book Thief]
Markus Zusak
retenidas en la saliva del verbo callado,
retraídas al compás del silencio.
Hay palabras ahogadas en la garganta
Hay palabras ahogadas en la garganta
de que luchan por ser pronunciadas
de tanto que hasta el tiempo se detiene
que nos duelen en el centro,
que nos rasgan la piel
y sangran en el corazón,
que nos hacen guardar el dolor
que jamás deberíamos recordar,
en lágrimas de nostalgia,
saladas,
que no se sienten,
que no se completan,
con el entendimiento.
Hay palabras que se guardan
como tesoros tejidos en sueños,
que son vividos
que jamás deberíamos apagar
Palabras que los labios dibujan en sonrisas
de un cálido color carmín
que nunca son suficientes,
que nunca representa la realidad,
que no son capaces
de representar
de ilustrar
de explicar
sentimientos,
vidas
sabores
y
saberes
y
saberes
© MaRía
Fotografías de Alisa Andrei