“De todos los cafés del mundo, tuvo que elegir el mío”.
Casablanca
Siempre en la misma mesa
en el lugar escogido
por propia elección
o por el azar de la vida
no sentamos
¿Un café corto?
una sonrisa,
un pensamiento
un silencio
una pregunta
¿azúcar o sacarina?
con sonrisa ligeramente ¿irónica?
Unos temen el sobrepeso
a otros les resulta extraña la pregunta,
si la cuestión es endulzar.
La taza calienta
manos y pensamientos ,
una taza estándar,
sin distinciones sociales.
Cerramos los ojos,
taza de porcelana china
fina cuchara de plata,
silencio, espera
enfriar, endulzar
buscando en la espiral
del líquido negro.
en la distancia se escuchan voces
gente que grita, huyendo de una guerra,
guerra recién inventada.
Aunque las nubes las pintemos de rosa
aunque las aves desplieguen sus alas
levantamos afligida, la mirada
buscando el abrigo de otro iris
para poner fin, a nuestra guerra.
MaRía
“El era mi crema y yo era su café.
Y cuando nos ponías juntos,
era algo realmente especial”.
Josephine Baker