A puro fuego,
los cuerpos se van quemando
va cayendo las cenizas
de los besos prohibidos.
Las manos buscan estímulos
mojan las partes más íntimas del deseo.
Sábanas son cómplices de caricias
las paredes transpiran
al compás de frenéticos movimientos.
Cuerpos refugiados en los quejidos,
de amantes fugaces,
de personas ardientes.
Lengua que se esconde en los senderos del abismo,
partes íntimas rozan dulcemente el cuello.
Tanto es el deseo que ser uno,
que las alianzas se borran
con el correr del tiempo...
MaRía
MaRía
15/5/14