El olor del café en la cocina llegó invadiendo la sala de estar.
Observaba , cuidadosamente, todos sus movimientos , sonriendo, bajando en ocasiones un poco la cabeza, por esa vergüenza innata que había adquirido con los años. Se sentía halagado por su bondad, por su cariño que hacía con sus pequeños detalles una vida mucho más placentera.
Casi parecía un niño por su timidez.Muchas veces se la había cruzado el patio del edificio o en el rellano. Su deseo se ahogaba en su vergüenza, y no encontraba la manera de acercarse a ella.
Esa tarde había decidido hacer de su mirada, una mirada menos silenciosa que con el tiempo había terminado convirtiéndose en una especie de intriga y de curiosidad que aumentaban día a día.
La cogió por sorpresa, la invitó a hacerle compañía en un paseo por la ciudad. Estuvo de acuerdo; el casi balbuceando, y asintiendo con excesivo énfasis, se sonrojó cuando ella se rió de su reacción.
Caminaron por las calles de la ciudad envuelta en el atardecer. A esas horas parecía liberarse de la carga del bullicio y del frenético movimiento que ocultaba su verdadera belleza. Esa tranquilidad que la transforma con sus colores y sus sonidos, esos tan profundos que casi nadie escucha.
En esa ciudad era uno de ellos, perdido en su propia soledad; viviendo abrumado por la rutina diaria , la cual hacía que se olvidara de ella. Ahora escuchaba a todos la voz solitaria, hablando con ella y para ella, sintiendo con calma las vibraciones de su alma, esas vibraciones en las que se siente que se puede besar mientras se camina al lado del otro sin hablar.
Ahora, de nuevo, sentado en el sofá, bebiendo café, recordaba esa tarde en la que estuvieron juntos sin dejar que nadie los descubriera ; esa tarde en la que se habían comunicado sólo con el silencio, como si las palabras fuesen demasiado pesadas para ellos, no sabían nada de su vida, pero era como si se conocieran desde siempre.
Sin embargo, era como si ese momento tan íntimo lo habían esperado ambos durante mucho tiempo.
¡Delicioso!
ResponderEliminarEs como disfrutar de ese café caliente y dulce compartiendo el silencio y el sonrojo.
Un saludo
Gracias Beatriz
ResponderEliminara veces lo que tenemos tan cerca, lo que realmente deseamos no lo obtenemos por nuestra timidez, claro que cuando al fin nos decidimos puede ser el logro de una felicidad tan deseada que se prolonga a lo largo de nuestra vida
Un abrazo
Ves? es uno de esos momentos de película para atesorar...
ResponderEliminares estupendo
Besos abisales
Mi querida CoTé , he seguido con atención , cada letra , cada frase, y después de encontrarme en escena como una voz en OF, me has hecho revivir uno de los momentos de mi vida .
ResponderEliminarGracias , cada noche cuando miro al cielo , veo tu resplandor.
Besos para ti y la famili.
Me has resucitado un recuerdo.
ResponderEliminarUna noche de largas horas caminando por la ciudad desierta junto a una mujer hermosa.
Besos.
Pues a mí también me has hecho recordar.
ResponderEliminarUn beso muy grande.
Holaaaaaaa Coté
ResponderEliminarDe regreso me encuentro con este emotivo relato, precioso¡¡¡¡¡
Perdona la brevedad de mis palabras, pero ya sabes el motivo
Besossssssssssssss¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡
(Si soy yo, con un cambio de imagen )
Cuantas veces se puede sentir uno como ese ser solitario, cuantas veces hablamos con ella sin que salgan las palabras de nuestra boca, cuantas veces no acertamos a dar ese paso que acerca.
ResponderEliminarBesos,
Silencios que dicen tanto, silencios que se comparten haciendo del momento una única complicidad. Solo me faltó sentir el aroma del café...
ResponderEliminarBesitos!
QUE EMOTIVO RELATO, UNO SE QUEDA PENSANDO, IMAGINANDO LA ESCENA PARA LLEVARSE UNA SORPRESA AL FINAL.
ResponderEliminarPRECIOSO COTÉ.
BESOS
¡Uf la timidez! cuántos buenos momentos puede segar si no se consigue vencer.
ResponderEliminar¡Qué divino ese paseo en silencio por la ciudad!
Besitos!!
Muy bello relato, tienes un precioso blog, enhorabuena. Besos.
ResponderEliminarComo ya te han comentado por ahí arriba, esta entrada es como el argumento de una película comprimido y muy bellamente expresado (como siempre) :-)
ResponderEliminarUn abrazo.
Que bonito relato!!! Estoy de acuerdo con Sbm, parece como una pelicula y yo diría que en blanco y negro.
ResponderEliminarLLeno de sentimientos, de timidez...
A veces las palabras sobran , una mirada , un gesto...
Precioso!!!
Te mando un abrazo y perdona si he tardado en contestar pero llevo unos días que no podía entrar en ningún blog.
Las fotografias preciosas.
Muchas gracias queridos amigos no me merezco tantos elogios, claro que ¿A quién le amarga un dulce?
ResponderEliminarUn abrazo y un bes inmenso para todos con mis mejores deseos
Coté