ni es retraso ni posterioridad,
somos solamente tardíos.
Sin encuentro marcado, sin hora
en un constante desequilibrio
esa será la fatalidad
de equivocar en el momento.
Llegamos tarde y cansados
del que éramos cuando fuimos
juzgando esos que no somos
diferentes de nosotros ¡vana ilusión!
nos cierran las almas a la osadía
y la nuestra queda más turbada
a la espera de un renacimiento.
Llegamos tarde casi siempre
la culpa no es percibida
en un callar de corazones deshechos
ignorantes del tiempo puntual
el otro como nosotros está durmiente
la probabilidad así es perdida
en las tramas de la llamada Vida.
© MaRía
*Imagenes:Annao Photography