Condición humana
Sentir silbar un viento, una tormenta,
una brisa, y rugir un volcán,
y el batir de unas alas en el fondo del sentimiento.
Sentirme gaviota, gorrión y golondrina.
Sentir la desesperación infinita de que la vida se agota.
Y el que el dolor del mundo va a más
.
Querer saberlo todo y no conocer nada.
Sólo la torpe condición de un ser que pregunta
y no halla respuestas
Ramón Sampedro
Condición humana
Morder el vacío,
romper espacios entre palabras
con los dientes prisioneros en letras mudas.
Vacío grave de notas que interpretaban
los pájaros dibujados en tu mirada.
Envuelto el cuerpo en dolor pardo
ese de papel de oferta .
Amarrar los dedos poco voluntariosos,
con cuerdas de grueso esparto ,
para escribir, después, una tarjeta de visita
no deseada.
Las palabras que se inventan,
como mera burla,
cuando ya nada se logra decir.
Después...
Se muerde, una vez más, el vacío
vacío de este espacio de tiempo en la espera.
Morder los labios,
pintar la mirada con retazos de recuerdos,
escribir un libro en blanco
olvidad, tanto...tanto.
Tanto que se envejece , a destiempo,
el rocío se solidifica en la piel
dejando la madrugada plagada
de líquidos amaneceres.
Ahora
las piedras ya están gastadas,
el musgo esconde la antigua belleza,
tal vez, así, las piedras críen raíces
y se muera como los árboles
en las márgenes de los caminos sin salida
haciendo sombra a los ojos.
Cae de nuevo la noche,
siempre la misma Luna
a penas para que el Sol
pueda, al fin descansar.
© MaRía
Las imágenes son de Marc Lagrange