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Acercan sus orillas ...

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sábado, 5 de abril de 2014

Sábanas negras

El día que sea posible que la mujer ame,
no con su debilidad sino con su fuerza,
no para escapar de sí misma,
sino para encontrarse,
no para rebajarse sino para reafirmarse,
aquel día el amor llegará
a ser para ella,
como para el hombre,
una fuente de vida 
y no de peligro mortal
Simone de Beauvori


Sábanas negras,
  Tu color preferido.
      Edredón de la misma tonalidad.
          la estancia oscura,
                sin luz.
                   Ventana cerrada.
                       Y mi cuerpo desnudo buscando
                           refugio en ese escenario.


Mi cuerpo sin vida apenas, triste, nostálgico.
 No abro los ojos, no preciso mirar.
              Prefiero dejarlos en la oscuridad y
                                 apretar mi cuerpo contra esa almohada…
                                   negra.
Mi mente imagina,
  piensa, calibra,
   intuye, presiente,   elucubra.

De repente una inmensa luz 
 me atraviesa los párpados,
ciega mis pupilas ocultas tras de su piel.

Abro los ojos, 
impulsada por ese dulce rozar
 de unas yemas sobre mi cuerpo,
 dibujando corazones sobre mi piel.

Me quema un aliento próximo, y siento que me montas encima.
El mirar de tus pupilas dilatadas me taladra el cerebro.
Entras en mi mente y me invades.
Irrigas todo mi ser.
Sonrío.
Y te siento.
Siento como te mueves
, como gimes,
 como empiezas ese vaivén.
Nos hacemos uno.
Tu cuerpo desnudo y el mío.

Encima de esas sábanas negras
que nos enmarcan el color dorado de nuestra piel.
Sueño,  imagino,  vivo,
siento, pienso,  hablo,
 mando,  pido, doy,
 acaricio, aprieto.

Me agito y suelto todo mi fruto del deseo.
Sigo prendado de tus ojos,
de tu mirar que me embriaga la sangre.
Después, mimos, caricias
, cosquillas con tu pelo,
 abrazos,
 mordiscos.
Hasta que vuelvo de nuevo a la realidad.
Las sábanas negras,
 la luz apagada,
 el silencio,
mis ojos cerrados,
un largo suspiro.

Hoy, 
ayer,
 mañana
 nunca,
 siempre,
 alguna vez,
 a menudo.

Y las sábanas negras que envuelven mi cuerpo desnudo,
 mientras te ansío.
Amante mío,
luz en la penumbra de mi vida.
Esta noche se hará especialmente larga.
Todo está vacío cuando no estás encima de mí, 
entre esas sábanas negras y mi cuerpo.


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